13 octubre 2007

- declive -

No lo tomes como si los tanques rodasen las calles, tumbando los árboles y demás, pero sí es cierto que tus palabras se me han vuelto de madera. Las tardes que hemos compartido en el balcón, las piernas colgando entre las rejas, los pies al sol, me son esquirlas. Y aunque juro que nunca he fingido un orgasmo, recientemente se me hacen como nubes impermeables.

¿Comprendes?, me dijo.

Sí, contesté. Pero mentí.


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