28 mayo 2007

- hallazgo -

La sorprendió en el andén, escribiendo con un rotulador indeleble en la pared:

¡En los días que corren, 'inteligente' es superlativo!

Saltó sobre sus talones cuando lo descubrió a su espalda, de negro, las esposas al cinto, leyendo. Se observaron largamente. Al fin, ella musitó:

- Execrable explotador...
- Incívica impertinente - respondió él, inmediatamente.

Se estudiaron con curiosidad.

- ¿Barbado comebellotas?
- Cardada caracandada.

Unos pocos se detuvieron a mirarlos.

- Escombro escrutador.
- Pioja floja coja cerroja.
- ¡Esqueleto esclavo!
- Comelotos - repuso él, imperturbable.

Silencio.

- ¡Jinete de jirafas!
- ¡Submoral!
- ¡Iris incandescente!
- ¡Aura áurea austral!

Ella tomó su mano.

- Hallazgo de argollas.
- Gárgola golosa.

Así, exactamente así, nació su amor.