01 agosto 2006

- la noche de fuego -

¡Antorchas en la playa!

A nuestras espaldas, la música lounge se deslizaba colina abajo. Ante nosotros, el rumor del mar llegaba rítmico. La única luz provenía del fuego de las antorchas clavadas en la arena.

Casiopea era una uve doble: La noche era joven.

Sentados en dos hamacas, F y yo brindamos con daiquiris y hablamos sobre el funcionamiento de la memoria, contemplando el mar enlutado, los soles lejanos y una perseida despistada (un deseo silencioso).

La compañía de F era confortante, no habría deseado otra. Un hombre inteligente y sereno con quien compartir reflexiones. Un amigo - de los mejores.

Aguas oscuras. Fuego. Tranquilidad. Buena música. Excelente conversación. Una vez más - aunque siempre distinta -, felicidad.



[Foto: National Geographic]