- espirales -

Tras tanto reencontrada, la mujer que a mi lado contempla desnuda y silenciosa el paisaje urbano me escucha divagar, sin recelar que sólo hablo y hablo para que continúe mirando lejos, distraída, inmóvil, y pueda yo perderme cautivo en su perfil penumbroso.
Me fallan al fin las palabras, aunque siga mi mano trazando espirales en su espalda. Se gira hacia mí, buscando la razón de mi silencio.
- ¿De qué te ríes? - pregunta.
- No me río. Sonrío - repongo.
- ¿Y por qué sonríes?
- Porque estoy a gusto.
Piensa unos segundos.
- Antes sonreías mucho menos.
[Cuadro: Madrid de noche, José Javier Cabello]
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